Diego Mastrantonio decidió ir un paso más allá con su pasión por el vino. Y con el firme propósito de recuperar su tradición familiar traída del Viejo Mundo, se convirtió en bodeguero. Hoy, ya va por su sexta cosecha
Todo amante del vino sueña alguna vez con elaborar su propio vino. Y si bien el dicho dice “querer es poder”, no es tan sencillo. Porque además de pasión y determinación hace falta inversión, de tiempo y dinero. El vino nace en el viñedo, pero lejos de la gran ciudad. Por eso, antes de lanzarse a la aventura, Diego Mastrantonio (45) viajó varias veces a Mendoza desde 2010 con la intención de conocer las mejores zonas vitivinícolas del país. Luego de varias idas y venidas a la región cuyana, recorriendo muchos kilómetros, decidió que sus vinos nacerían en el Valle de Uco. La idea era recrear lo que hacían sus abuelos en el sur de Italia; vinos para disfrutar en la mesa familiar. La marca siempre estuvo en su mente; sería el nombre de su familia, en un claro homenaje. Pero había que encontrar alguien que pudiera interpretar sus gustos y estilo deseado.
Por esas cosas de la vida se cruzó con José Galante, a fines de 2014. Se sabe que Pepe es uno de los tres mejores enólogos argentinos; durante muchos años detrás de los vinos de Catena Zapata, y desde 2010 como chief winemaker de Salentein, además de llevar a cabo un pequeño emprendimiento con su familia (Puramun).
Enseguida Diego supo que era la persona indicada para salir al ruedo con sus vinos, y Pepe vio en Diego a un verdadero emprendedor vínico. En la cosecha 2015 nacieron las tres etiquetas, con una producción de apenas 3000 botellas; todas elaboradas con uvas seleccionadas en las mejores zonas del Valle de Uco (Eugenio Bustos, Vista Flores, Los Chacayes y Gualtallary). Al año siguiente se repitió el esquema con el DJ Malbec, el DJ Red Blend y el Familia Mastrantonio, un cofermentado de Malbec y Petit Verdot.
En 2017 la producción casi se duplicó, pero a partir del 2018 Diego se involucró desde el viñedo, comprando uvas de Los Chacayes (Casa de Uco); un viñedo modelo al pie de Los Andes. El crecimiento sostenido se mantuvo en 2019, y así se planificó la cosecha 2020.
Con un estilo cuidado por dentro y por fuera, son tintos elegantes y expresivos, con buen potencial de guarda. Llegaron al mercado hace casi un año, y ya se encuentran en selectas vinotecas y restaurantes destacados como La Cabrera, Don Julio y Oviedo.
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