Más allá de las grandes bodegas, que se mueven al ritmo del mercado, son muy pocas las pequeñas que trascendieron las cosechas y se consolidaron; es el caso de Rosell Boher. Nacida para deslumbrar a través de las burbujas de lujo cuando se iniciaba el nuevo milenio.
                Más allá de las grandes bodegas, que se mueven al ritmo del mercado, son muy pocas las pequeñas que trascendieron las cosechas y se consolidaron; es el caso de Rosell Boher. Nacida para deslumbrar a través de las burbujas de lujo cuando se iniciaba el nuevo milenio. Detrás de cada vino de la bodega siempre estuvo Alejandro “Pepe” Martínez, quien lleva más de 40 cosechas. Reconocido por su amable formalidad y perfil bajo, también creó una línea de vinos que demuestra consistencia con cada cosecha. Todos ellos buscan ser reflejo de sus orígenes, tanto del Valle de Uco como del flamante viñedo en Alto Agrelo, que rodean el exclusivo Rosell Boher Lodge y la futura bodega. Suelen ser vinos equilibrados más que estridentes, como los de antes, pero con una frescura, fluidez y texturas como los de ahora.

Esto significa que no causan impacto sino más bien respetan un estilo, amable y armónico, donde la madera tiene un protagonismo lógico. A la vez, sus vinos espumosos ya son considerados por muchos los mejores de la Argentina, y son respetados por los conocedores como cualquier bodega prestigiosa de Champagne. Y esto es consecuencia de más de un cuarto de siglo haciendo los espumosos con las mismas exigencias, inspirados en los afamados vinos franceses, pero respetando un estilo propio, cuidado de cerca por el reconocido Chef de Cave.

Celebrar con lo mejor
En esta época del año comienzan las celebraciones y la planificación de los festejos de fin de año, con el vino siempre presente y mucho más con el espumante. Porque sin este vino el brindis no se luce tanto. Ícono mundial del festejo, ese vino “con estrellas” que dijo Dom Perignon estar bebiendo en 1693, significa mucho más que un vino. Es sinónimo de bienvenida, de compartir, de agasajo, de recordar, de celebrar. Por eso, esta pequeña bodega se metió en el corazón de muchos en la Argentina. Porque lleva más de 25 años proponiendo vinos espumosos de lujo para disfrutar.

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