
Como en el rugby, para hacer un gran vino se necesita cabeza, corazón y constancia, aseguran Eusebio Guiñazú, Manuel Carizza, Patricio Albacete y Julio Farías, cuatro ex Pumas que se juntaron para crear una bodega, bautizada con los números de sus camisetas (que indican su puesto histórico en las canchas).
Como en el rugby, para hacer un gran vino se necesita cabeza, corazón y constancia, aseguran Eusebio Guiñazú, Manuel Carizza, Patricio Albacete y Julio Farías, cuatro ex Pumas que se juntaron para crear una bodega, bautizada con los números de sus camisetas (que indican su puesto histórico en las canchas). Y así como cada cosecha es empezar una nueva temporada, para ellos cada barrica, es un entrenamiento a conciencia. Y cada botella que sale de su bodega, el reflejo de un esfuerzo hecho en equipo, con pasión y sin atajos.
A alguno de ellos el vino les gustaba, pero no lo consumían mucho por el deporte. Pero desde que crearon 2456 Wines, toman mucho más. Desde aquel día de 2013 en Johannesburgo, fueron soñando eso. Y lo que empezó “en joda”, se convirtió en realidad. Mucho tuvo que ver el origen mendocino de Eusebio, y que su papá era comisionista de bodegas, por lo tanto, conocía la industria del vino desde muy chico. Al alejarse del rugby, Eusebio tuvo que volver y hacerse cargo de la actividad de su padre, vendiendo vinos a granel. Eusebio sabía tomar y probar, pero no como negociar. Por suerte, tuvo en David Bonomi y Alejandro Vigil, dos maestros de lujo que le enseñaron cómo se compraban vinos. Fue él quién se lo propuso al resto, sabiendo que lo más importante no sería el negocio, sino en volver a tener una buena excusa para seguir compartiendo la vida juntos.
Las derrotas enseñan
Tras una dura derrota de Los Pumas frente a los Springboks, cuatro forwards argentinos —Eusebio Guiñazú, Manuel Carizza, Patricio Albacete y Julio Farías— se reunieron en el lobby del Hotel Nelson Mandela Square. Brindaron con Malbec, se abrazaron y, sin saberlo, sembraron la semilla de 2456 Wines. Más que una bodega, un equipo dedicado a elaborar vinos mendocinos para el mundo. Con varias etiquetas y más de diez años, los vinos de los ex Pumas han demostrado que quieren “jugar” en serio. Además de la amistad que forjaron fuera de la cancha, el vino los mantiene 24/7 unidos, a pesar de las distancias físicas.
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