
Los que forman parte de Bodega Canto by Los Cuadros creen en la mínima intervención, dejando que la naturaleza guíe el proceso de elaboración y refleje la esencia de su tierra en cada botella, buscando la armonía entre la tierra, el sol, el aire y el agua.
Los que forman parte de Bodega Canto by Los Cuadros creen en la mínima intervención, dejando que la naturaleza guíe el proceso de elaboración y refleje la esencia de su tierra en cada botella, buscando la armonía entre la tierra, el sol, el aire y el agua. Esto significa que, más allá del carácter propio de cada variedad que está plantada en el viñedo, la intención es poner el foco en el suelo, promoviendo su diversidad natural. Como se sabe, Gualtallary es un lugar distinto, con suelos aluvionales y mucha presencia de canto rodado. Una capa fina de arena de distinta profundidad cubre rocas de distintos tamaños, muchas de las cuales presentan altas concentraciones de carbonato de calcio (calcáreo). Esto permite regar de manera diferenciada, más allá que las plantas, en su búsqueda por sobrevivir en ese hábitat extremo, fortalezcan su carácter. Y eso es lo que intenta llevar a las botellas el hacedor Gustavo Ozamis. La bodega es parte de un proyecto nuevo, nacido en el año 2020 y propiedad de cuatro amigos mendocinos bajo la marca Los Cuadros e inspirada en los cuatro elementos de la naturaleza, más allá de las piedras que dominan el paisaje. Canto, es la expresión de los cantos rodados que constituyen los suelos del emprendimiento. Con poco tiempo en el mercado, los vinos llaman la atención, no solo por su calidad y estilo, sino también por la consistencia del concepto que, sin dudas, trasciende la moda.
Nueva bodega inspirada en las piedras
Bodega Canto by Los Cuadros es una joven bodega inspirada en el paisaje de montaña que caracteriza la zona vitivinícola por excelencia del Valle de Uco; Gualtallary. Y sus vinos nacen de la pasión por ese terroir único, a 1400 mts de altura, con viñedos sobre suelos aluviales, rodeados de flora autóctona y matizados por el fresco aire cordillerano, donde las diversas piedras son fuente de inspiración. No solo de las diferentes líneas, muy bien reflejadas en las etiquetas y los nombres, sino también en el estilo de cada vino, ya que el objetivo es mostrar a través de las copas el lugar.
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